"De Lanús", de Fernando Guido Peidro. Este título inaugura la colección Poesía Explícita, una forma diferente de presentar el género. Abundantemente ilustrado por Arte Colectivo112. La poesía de Peidro es tan sensible como cruda, deshuesa al ser humano para mostrar sus luces y sus sombras. Logra activar esos lugares que, lejos de ser cómodos, nos preocupan tanto: el amor y el desamor, la nostalgía, el miedo; las cuestiones de género, de edad, los celos y la desconfianza. Contradictoriamente, también apela a la confianza desmedida, puesta en uno y también en el otro. En sus obras siempre se mencionan los libros y la literatura, la música y la cultura popular. Peidro no es un escritor pretencioso, es tan simple como profundo; es tan sincero y llano que es inevitable que te haga sentir o pensar. Sus poemas cuentan historias de personas desarmadas que se arman de valor para poder existir en un universo que existe porque hay quien lo observe, lo sienta y lo piense. En su mundo, el día y la noche se declaran por el canto de los pájaros o el aroma de los árboles. La presentación de la obra, en esta colección que se abre, tiene la particularidad de estar intervenida desde el aspecto tipográfico. Así, las poesías se vuelven explícitas, los versos dialogan entre sí o compiten a codazos por más lugar en la página. Finalmente, sobre el grupo Arte Colectivo 112 no podemos decir mucho, ni siquiera sabemos si es un grupo. Es más bien una reunión ilustradores y artistas que se juntan para hacer algo, en este caso interpelar a una obra a través de imágenes. Ilustraciones que a veces acompañan y otras veces discuten sobre lo que la poesía genera. El resultado de esto: una heterogeneidad de estilos aplicada a una heterogeneidad de sentimientos y pensamientos que propone la obra, nada más acorde. Después, como todo, es solo una cuestión de gustos...
Edición ilustrada a 4 colores.
"De Lanús", de Fernando Guido Peidro. Este título inaugura la colección Poesía Explícita, una forma diferente de presentar el género. Abundantemente ilustrado por Arte Colectivo112. La poesía de Peidro es tan sensible como cruda, deshuesa al ser humano para mostrar sus luces y sus sombras. Logra activar esos lugares que, lejos de ser cómodos, nos preocupan tanto: el amor y el desamor, la nostalgía, el miedo; las cuestiones de género, de edad, los celos y la desconfianza. Contradictoriamente, también apela a la confianza desmedida, puesta en uno y también en el otro. En sus obras siempre se mencionan los libros y la literatura, la música y la cultura popular. Peidro no es un escritor pretencioso, es tan simple como profundo; es tan sincero y llano que es inevitable que te haga sentir o pensar. Sus poemas cuentan historias de personas desarmadas que se arman de valor para poder existir en un universo que existe porque hay quien lo observe, lo sienta y lo piense. En su mundo, el día y la noche se declaran por el canto de los pájaros o el aroma de los árboles. La presentación de la obra, en esta colección que se abre, tiene la particularidad de estar intervenida desde el aspecto tipográfico. Así, las poesías se vuelven explícitas, los versos dialogan entre sí o compiten a codazos por más lugar en la página. Finalmente, sobre el grupo Arte Colectivo 112 no podemos decir mucho, ni siquiera sabemos si es un grupo. Es más bien una reunión ilustradores y artistas que se juntan para hacer algo, en este caso interpelar a una obra a través de imágenes. Ilustraciones que a veces acompañan y otras veces discuten sobre lo que la poesía genera. El resultado de esto: una heterogeneidad de estilos aplicada a una heterogeneidad de sentimientos y pensamientos que propone la obra, nada más acorde. Después, como todo, es solo una cuestión de gustos...
Edición ilustrada a 4 colores.